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30 Jesús probó el vinagre y dijo:

— Todo está cumplido.

Inclinó, entonces, la cabeza y expiró.

La lanzada en el costado

31 Era el día de preparación y los judíos no querían que los cuerpos de los ajusticiados quedaran en la cruz aquel sábado, porque en él se celebraba una fiesta muy solemne. Por eso, pidieron a Pilato que ordenase quebrar las piernas de los crucificados y retirarlos de allí. 32 Fueron los soldados y quebraron las piernas de los dos que habían sido crucificados con Jesús.

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